Derecho Mercantil

Fundamentos esenciales del Derecho Mercantil

El derecho mercantil, conocido también como derecho comercial, constituye una rama especializada del derecho que se encarga de regular las relaciones entre personas, actos, lugares y contratos comerciales. Su fundamento principal es facilitar el ejercicio de la actividad comercial, entendida esta en su sentido más amplio, abarcando tanto a comerciantes individuales como a sociedades comerciales, así como las actividades de producción, intermediación y consumo de bienes y servicios. Este repaso por los fundamentos esenciales del derecho mercantil nos adentrará en los principios que lo rigen, su alcance y aplicación en el entorno legal español.

Origen y evolución del derecho mercantil

El derecho mercantil tiene sus raíces en la necesidad de regir las relaciones comerciales en la antigüedad, surgiendo normativas específicas que buscaban solucionar disputas y organizar el comercio de manera más eficiente. Con el paso del tiempo, estas normas se fueron sistematizando y adaptando a los cambios socioeconómicos de cada época.

Inicialmente, el derecho mercantil se centraba exclusivamente en la figura del comerciante y sus actividades. No obstante, la revolución industrial y el posterior desarrollo del comercio internacional ampliaron su espectro, incorporando una variedad de figuras y actos comerciales a su regulación. Hoy día, el derecho mercantil abarca un amplio abanico de relaciones comerciales, siendo pieza clave en el desarrollo económico y en la dinámica empresarial.

Principales fuentes del derecho mercantil

El derecho mercantil se sustenta en diversas fuentes, siendo la principal la ley. En España, el Código de Comercio, promulgado en el siglo XIX, junto con las modificaciones y leyes especiales posteriores, constituye la espina dorsal de esta rama jurídica. Sin embargo, dada la rapidez con la que evolucionan las relaciones comerciales, se hace necesario el constante recurrir a otras fuentes.

  • Ley mercantil: Compuesta por el Código de Comercio y otras leyes especiales que regulan materias concretas como las sociedades mercantiles, la competencia desleal, propiedad industrial, entre otras.
  • Costumbre mercantil: Considerada como fuente supletoria del derecho mercantil, tiene un papel crucial en aquellos asuntos no contemplados explícitamente por la ley. La práctica reiterada y la opinión general de los comerciantes confieren a la costumbre un poder regulador.
  • Jurisprudencia: Las decisiones de los tribunales, especialmente las emitidas por el Tribunal Supremo, proporcionan interpretaciones autoritativas de las normas mercantiles, orientando su aplicación en casos concretos.
  • Principios generales del derecho: En ausencia de norma aplicable, se recurre a los principios generales del derecho que, aunque de aplicación subsidiaria, desempeñan un papel fundamental en la resolución de controversias mercantiles.

El comerciante y su estatus en el derecho mercantil

La figura del comerciante es central en el derecho mercantil. Se considera comerciante a toda persona, física o jurídica, que realiza de manera profesional actos de comercio. Este estatus, regulado inicialmente en el Código de Comercio, impone una serie de derechos y obligaciones, como la inscripción en el Registro Mercantil y la llevanza de una contabilidad ordenada según las normas mercantiles.

Capacidad para ejercer el comercio

La capacidad para ejercer el comercio se encuentra detalladamente regulada, distinguiendo entre la capacidad jurídica, que refiere a la aptitud para ser titular de derechos y obligaciones, y la capacidad de obrar, que implica la posibilidad de ejercer esos derechos y contraer esas obligaciones por sí mismo. Las restricciones a esta capacidad vienen dadas por la ley y buscan proteger tanto al comerciante como a sus contrapartes.

Obligaciones del comerciante

Entre las principales obligaciones del comerciante se encuentran la inscripción en el Registro Mercantil, la llevanza de una contabilidad ordenada y la presentación de cuentas anuales. Estas obligaciones no solo buscan garantizar la transparencia y la confianza en el ámbito comercial, sino que también sirven para proteger los intereses de terceros.

Actos de comercio y su clasificación

Los actos de comercio constituyen el núcleo sobre el cual gira el derecho mercantil. La legislación española, siguiendo la tradición del Código de Comercio, establece una serie de actos considerados mercantiles por su naturaleza, su forma o por disposición expresa de la ley.

La clasificación de los actos de comercio puede hacerse desde diferentes perspectivas, siendo una de las más relevantes la que distingue entre actos de comercio objetivos, que lo son por su naturaleza, y actos de comercio subjetivos, aquellos realizados por comerciantes en el ejercicio de su actividad comercial. Esta distinción es fundamental para determinar la aplicabilidad del derecho mercantil y, por extensión, la competencia de los tribunales especiales de lo mercantil.

La empresa y su regulación jurídica

El concepto de empresa como sujeto de derecho mercantil ha adquirido una importancia creciente. Se entiende por empresa la organización de recursos humanos y materiales destinados al desarrollo de una actividad comercial. La regulación jurídica de la empresa abarca desde la constitución de sociedades mercantiles, su funcionamiento, hasta su disolución y liquidación, pasando por todas las operaciones de financiamiento, relaciones laborales, y propiedad intelectual e industrial que esto conlleva.

Sociedades mercantiles y tipos

Las sociedades mercantiles constituyen una de las formas jurídicas más comunes bajo las cuales se organizan las empresas en España. La Ley de Sociedades de Capital regula principalmente dos tipos: la sociedad anónima (S.A.) y la sociedad de responsabilidad limitada (S.L.), cada una con características propias en cuanto a capital social, responsabilidad de los socios y régimen de funcionamiento.

Este repaso por los fundamentos esenciales del derecho mercantil nos muestra no solo su complejidad y dinamismo, sino también la vital importancia que tiene en el desarrollo y regulación de las actividades comerciales en España. Su continua evolución responde a los desafíos que plantea un entorno económico globalizado, evidenciando la necesidad de una constante actualización por parte de los operadores jurídicos para asegurar su correcta aplicación y entendimiento.

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